Una de las novedades que incorporan los menús de este año es que se ha incrementado la periodicidad del consumo de pan integral. A partir de este curso, los niños y niñas comerán una vez por semana. De esta manera continuamos apostando por la introducción progresiva de cereales integrales, tanto en el pan como en la pasta o el arroz.
Los alimentos elaborados con cereales integrales tienen más vitaminas y minerales que los refinados o blancos. Por ello, conviene aumentar su consumo. Entre los beneficios para la salud de los niños encontramos que:
• Son ricos en vitaminas del grupo B y minerales como el magnesio o el potasio, necesarios para su desarrollo físico y para afrontar su desgaste intelectual.
• Aumentan nuestra sensación de saciedad a través de su aporte de fibra soluble.
• Regulan el tránsito intestinal y actúan como protector digestivo mediante la fibra insoluble.
• Nos aportan carbohidratos complejos, los nutrientes que nos dan energía durante horas.
• Ayudan a regular los niveles de insulina en sangre.
• Contribuyen a prevenir algunas enfermedades como las cardiovasculares o la diabetes.