La Fiesta de San Jordi siempre es una buena ocasión para hacer crecer el interés de los niños y niñas por la lectura. Y una buena manera de hacerlo entre los más pequeños es a través de las funciones de títeres. Es sin duda una buena herramienta para descubrir nuevo vocabulario, para acercarlos al teatro y para despertar el gusanillo de conocer historias y crear de nuevas.
Durante este curso, los títeres Farinetes y Julivert son protagonistas de una serie de historias que, inspiradas en los inicios de Campos Estela, acercan el mundo de la cocina a los niños. En este homenaje a las recetas de los abuelos y abuelas para celebrar nuestro 50º cumpleaños compartimos un fragmento de una de las historias creadas por nuestro equipo pedagógico.
TÍTERES: LOS INICIOS DE FARINETES Y EL CUCHARÓN MÁGICO
Entra el títere Farinetes en acción, pasa ante los niños y se los pide complicidad para hacer una broma a Julivert…se esconde entre las ollas y el llamamiento para darle un susto. Entonces entra Julivert en acción… como buscando quién lo ha gritado.
- JULIVERT: “Hola chicos! ¿Cómo estáis? ¿Qué me habéis gritado?
Los niños y niñas responden sus preguntas.
- JULIVERT: ¿Y dónde está Farinetes, que le habéis visto?
Los niños le dicen que no, mientras Farinetes entre las ollas se los hace gestos porque no digan nada…
Un saco de harina, colgado de un hilo, sale del escondrijo de la Farinetes volante para intentar asustar a en Julivert.
- FARINETES: “buuuuuuuuh, soy un fantasma de harina…buuuuhhhh”
- JULIVERT: ¡Qué se esto! ¡¡¡Qué susto!!! ¿¿¿Es un fantasma, chicos??? ¿¿¿Que lo veis???
Los niños empiezan a decir que no, que es Farinetes.
- ¿¿Pero quién es?? ¿¿¿Dónde está???
Y saliendo de golpe de su escondrijo Farinetes le hace un susto a Julivert.
Aquí, si volamos y con mucho cuidado, podemos hacer que el saco de harina se esparza porque estalla del susto y los deja a los dos títeres llenos de harina.
JULIVERT: ¡¡¡Aiiix Farinetes!!! ¡Tú y tus bromas! ¡¡¡Cómo te gustan!!! ¡Qué buen susto! ¡¡¡¡No lo hagáis vosotros chicos!!!!
FARINETES: Jajajajajjajajajaja…¡¡¡¡tendrías que haber visto tu cara!!!! Y ahora muy blanco que te has quedado… – le dice Farinetes mientras se espolvorea la harina.
JULIVERT: ¡Y mírate tú también! ¡Que te has quedado muy lleno de harina! ¡Con tu propia broma! ¡¡¡Ya haces honor a tu sobrenombre… Farinetes!!!
FARINETES: ¡JijijijijiI! ¡Y sabéis la historia! ¿Sabéis porque me dicen así, lo recordáis?
FARINETES: ¿¿¿Que quizás habéis visto mi cucharón mágico??? ¿¿¿Lo habéis encontrado???
Los niños responden que lo han encontrado y le hacen entrega
FARINETES: ¡Ahora sí que sí! Aix, mi apreciado cucharón! ¡Cuántas cosas haremos con él! ¡Y es que es mágico!
JULIVERT: Muchas gracias chicos! ¡No sabéis como os lo agradezco! Ya me llevaba de jefa Farinetes con el cucharón, he probado de llevarle un montón de diferentes, de todo tipo, y nada de nada.
Hagamos que en Julivert empiece a sacar cucharones de diferentes tipos y, a la vez que los enseña, la Papilla le va encontrando pegas en todos.
FARINETES: Demasiado para llevar, demasiado blando, demasiado grande, demasiado pequeño, demasiado….
JULIVERT: Demasiado, demasiado, ¡demasiado…aix qué dolor de cabeza! (Mientras lo dice puede hacer que los tira todos hacia montón como con desesperación de que ninguno le sirve) Menos mal que ya el tenso! ¡No lo pierdas ahora de nuevo eh!
FARINETES: No, no, ¡no…qué haría si no estuvieran estos niños y niñas tan vivarachos que me han ayudado…No lo volveré a perder de nuevo!
Aquí basura que un niño/monitor le enseñe que le han puesto una pescadilla o similar para que no lo vuelva a perder.
FARINETES: Ahora sí que no lo perderé, gracias chicos! No sabéis el que es perder un amuleto mágico. ¿Qué tenéis algún vosotros?
Seguramente los niños responderán, podemos hacer que más adelante, una de las tareas a hacer se explicar qué se su amuleto, o crear un de nuevo…por ejemplo aquí taller de guarnir cucharón para tener uno de mágico como Farinetes.
FARINETES: ¡Me encantaría que me explicarais vuestras historias! ¿Verdad que sí, Julivert?
JULIVERT: Sí, pero primero, explicamos la tuya, ¿no?
FARINETES: Preparad las orejas y prestad atención…que aquí os explico, como nació el cucharón.
La historia lo explican entre Farinetes y Julivert.
“¡¡¡He aquí una vez…que digo una vez, hace 50 años!!! ¿Y esto vendría a ser hacia el año… lo sabéis? ¿Si somos al 2018 y tenemos que restar 50? Si, sí, ¡pues al 1968! Había una niña muy vivaracha, Maribel…
FARINETES: ¡Esta soy yo! ¡Esta soy yo! Jijiji….
JULIVERT: ¡Claro que eres tú, si se tu historia! ¡Va que continuamos!
…a la que le encantaba ir a la escuela. Disfrutaba mucho aprendiz y descubriendo cosas nuevas. Pero el que más, más le apasionaba, era la cocina de la escuela. Siempre tenía alguna excusa para acercarse a curiosear qué se “cocinaba” por allá.
FARINETES: Y tenemos que decir que era una niña muuuuuuuuy guapa y estudiosa y trabajadora y simpática…
JULIVERT: Va, va, va Farinetes, que te gusta que te digan cosas guapas, ¡eh!
FARINETES: ¡Hombre! ¡Y a quien no! Será que a tú no te gusta. Y le hace un pellizco en las mejillas.
JULIVERT: Aix, aix, aix Farinetes. Que haces como la abuela. Déjame acabar. Cómo iba diciendo, a Farinetes le encantaba estar a cocina…
…continúa explicando la historia….
TERESA: “Ya estás por aquí pequeña?” – decía una vocecita de entre las ollas de la cocina. Y es que a “Teresa”, la cocinera de la escuela, no le hacía falta ver quién rondaba por allá. Sabía que solo podía ser una persona.
FARINETES: ¡Vengo a ver qué hay para comer! ¡Y por el olorcito que hace, cena a buen seguro! ¡Y sé que es buena! ¿Y nunca dejas de acompañarla con una esponjosa tortilla, verdad que sí? – y estallaba a reír por debajo de la nariz. ¡Le encantaba este juego!
¡Muy bien! ¡Hoy te has ganado ayudarme!
A la pequeña Maribel le gustaba mucho ayudar a la cocina de la escuela. ¡¡¡¡No había un día que no pasara por allá para preguntar qué había para comer, o, mejor dicho, para adivinarlo…y es que tenía un olfato…!!!!
¡A veces ayudaba a preparar algún plato de la comida y, si había alguna fiesta por la tarde, a preparar galletas y pan de pellizco para todos! ¡Le encantaba el olorcito y sobre todo comérselas!