La ilustración de Farinetes, el personaje central de nuestro proyecto educativo, es el punto de partida de una conversación entre la dibujante, Pilarín Bayés, la cocinera y cofundadora de casa nuestra, Maribel Huesca. Los recuerdos sobre sus juegos preferidos y las comidas­  de cuando eran pequeñas nos trasladan a un tiempo en que los juguetes tenían un valor diferente al actual y todo el mundo hacía cocina de aprovechamiento y de temporada, sin saberlo. Estrenamos el primero de los fragmentos de conversación que iremos compartiendo para celebrar el 50º cumpleaños y devolver a nuestros orígenes.

¿A QUE JUGABAIS DE PEQUEÑAS?

Pilarín Bayés: Al aro, al yoyó, al diábolo, a la rayuela.

Maribel Huesca: A la cadena, a correr haciendo cadena.

Pilarín Bayés: Pero esto era un juego de grupo. A la cadena jugábamos cada día en la escuela. Después ya vino un poco el baloncesto. Pero al comienzo no había nada más.

Maribel Huesca: También jugábamos a hacer saltar los cromos…

¿COMO SE COCINABA ANTES EN CASA?

Pilarín Bayés: Bien es verdad que actualmente hay menos tiempo para cocinar.

Maribel Huesca: Antes cocinábamos mucho los caldos hepáticos sin saber que lo eran. Se trataba de aprovecharlo todo mucho. Hervíamos verdura, la poníamos a escurrir y lo aliñábamos con tocino y aceite. Y con aquel caldo y el pan que había sobrado de la semana hacíamos rebanadas y nos comíamos la sopa.

Pilarín Bayés: De este estilo también había la sopa de tomillo.

Maribel Huesca: Sí, para cuando te hacía daño la barriga.

Pilarín Bayés: En casa éramos de ciudad. Pero, a veces, íbamos al campo y cosechábamos tomillo. La hacíamos con el pan frito y era exquisita.

Maribel Huesca: Sí, era hervir el tomillo y con el pan escaldado. Y si había algún huevo lo  poníamos. Y si las gallinas no habían puesto, pues sin huevo, que también tenía gusto.

Pilarín Bayés: Seguir un poco las estaciones también era muy guapo. Por ejemplo, comprar ahora fresas en Navidad hace un poco de repelús. Parece que le estés tomando a alguien. Cada estación tenía su gracia.

Maribel Huesca: Todo iba así. Comías lo del tiempo.

Pilarín Bayés: Yo recuerdo muy bien la primera piña que vi en lata. Natural todavía tardé algo más.

Maribel Huesca: En el colegio había una interna que, cuando venía de no sé qué país, llevaba una caja de chirimoyas. Y yo las miraba y pensaba, si parecen alcachofas, ¡pero no lo son!

Pilarín Bayés: Tengo una prima que tiene chirimoyas en Almería y me envía una caja cada año por primavera. Y me encantan. Pero, a veces, llegan hechas una coca porque son tan carnosas que si quién las lleva tarda más de la cuenta se echan a perder.

Maribel Huesca: Estoy pensando que no sé de qué país vendían las chirimoyas. Pero era en tiempos especiales, como de vacaciones.

Pilarín Bayés: Las longanizas de Vish son fabulosas. Cuelgas una morcilla normal y le salen como unos pelos y aquello es por el penicillum roqueforti. Y es fenomenal, en ocho o nueve días ya tenemos un fuet. Quizás en verano algo más.

Maribel Huesca: En casa, si sobraba alguna morcilla, mi madre la colgaba allí mismo, en la cocina. Y, en algunos días estaba seca. Se podía comer como un fuet.

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